Me obligan a volver a lo manido:
el chivato, mamón, correveidile,
desëoso de darte matarile,
y que encima se da por ofendido.
Me debe permitir el aludido
Me debe permitir el aludido
que al cerdo - con perdones - lo asimile,
pues de cerdo es su pose y su vacile,
y de cochino es su gruñir dolido.
¡Lenguaraces del mundo, confidentes
¡Lenguaraces del mundo, confidentes
de pécoras, bellacos y felones,
urdidores del odio entre las gentes!
¡Moscas verdes, volad a los mojones
de que se nutren vuestras sucias mentes:
que en la mierda encontráis las bendiciones!
(Ver soneto 338)
urdidores del odio entre las gentes!
¡Moscas verdes, volad a los mojones
de que se nutren vuestras sucias mentes:
que en la mierda encontráis las bendiciones!
(Ver soneto 338)
Pues no sé con quién va el asunto, pero porfa, un respeto al cerdo, que soy de Extremadura y está buenísimo.
ResponderEliminarSeguro que a ese a quien te refieres no se le aprovecha nada de nada.
Pero es una gozada que hasta puedes insultar soneteando.
Un saludo
Esto es lo que pasa por comparar, que se pueden ofender algunos animales que nunca le han hecho daño a nadie. Saludos.
ResponderEliminarTe veo enfadado, o enfadadillo, pero no te tomas las cosas tan enserio porque sólo te cogerás un rebote para nada.
ResponderEliminarDe cualquier manera el soneto es bonito aunque vomites palabras duras, pero me gustó.
Un abrazo
Ciertamente estas cabreado, sin duda.
ResponderEliminarNo se muy bien con quien, candidatos haberlos ahílos, de todo tipo y pelaje.
No se en definitiva ponerle nombre, tu sabrás, de todas formas tienes razón, toda la del mundo.