Mi pueblo necesita más trabajo,
más cultura, más puertas hacia afuera,
más dejarse de ser tierra altanera,
más mirar hacia arriba que hacia abajo.
Mi pueblo no soporta más relajo,
más caudillo que agote la cartera,
más patrona instalada en la quimera,
más talento pendiente de un badajo.
Mi pueblo es una cepa malgastada,
un sarmiento que no llega a dar fruta,
una trocha por yerbas estorbada.
Mi pueblo ha de encontrar cuál es la ruta
que le lleve a salir de la estacada:
Amigo mio, este es uno de los sonetos mas hermosos que te he leído, se nota que te ha salido de lo mas intimo, del amor a tu tierra, del enojo del desengañado, de la pena del olvidado.
ResponderEliminarOjala la batuta caiga en mano diestra, yo no la veo por ningún lado en primera fila, no se si al fondo de la fila habrá alguna mano diestra desconocida.
Un abrazo.
Hablas en este soneto de Tu Pueblo, y no pones nombre. Mejor, porque se puede aplicar a tantos pueblos, que cualquiera podría hacer baldosines y colgarlo en la plaza.
ResponderEliminarDesgraciadamente es así en muchísimos sitios.
Y como lo leo después de las elecciones y ya sé los resultados, sólo puedo decir Que Dios nos coja confesados.
Un beso