Los buenos estudiosos de la Historia
sostienen que se tiene que esperar
un tiempo dilatado para entrar
a poner por escrito la memoria.
No se duda que el hombre esté en la Gloria
(no soy yo quien lo vaya aquí a negar),
pero eso de ponerlo en el altar
tan pronto, de manera perentoria,
va en contra de consejo tan sensato;
pues igual un honor tan trascendente
no debiera confiarse al arrebato
de la entusiasta y fervorosa gente,
ni al afán de elevarlo en su mandato
que el imperante papa tiene en mente.
No se duda que el hombre esté en la Gloria
(no soy yo quien lo vaya aquí a negar),
pero eso de ponerlo en el altar
tan pronto, de manera perentoria,
va en contra de consejo tan sensato;
pues igual un honor tan trascendente
no debiera confiarse al arrebato
de la entusiasta y fervorosa gente,
ni al afán de elevarlo en su mandato
que el imperante papa tiene en mente.
Y a mí que me parece que esto forma parte del mundo en que vivimos. Es "lo quiero ya". Los creyentes no quieren perderse la posibilidad de adorar a un santo pero al que hayan conocido. No esos que salen en los almanaques.
ResponderEliminarY después de todo, qué más da. Quién puede creer o no creer en los milagros de los santos de antes. Y este, qué pasa, que ha curado a una monja y vale. Pues por mi parte, bendito sea. Total...
Estamos en la era de las prisas, prisas para todos, para descalificar y para glorificar.
ResponderEliminarQue haremos con nuestros refranes que siempre aconsejan ir despacio no con prisas.
Sera que se necesita uno nuevo a quien mirar y asi no mirar para otros sitios.
Estoy seguro que esta en la Gloria, pero sin prisas.
Un abrazo.