miércoles, 3 de noviembre de 2010

Soneto a la remanguillé (Soneto 196)



Es posible montarse un buen soneto
ese día que el duende no aparece.
Te pones a escribir y él solo crece:
la prueba es que ya tengo este cuarteto.

No hace falta siquiera hacer boceto;
piensas en lo primero que acontece
- por ejemplo: muy pronto ya atardece -
y sales exultante del aprieto.

Si un verso tiene rima complicada,
no te empeñes en darle solución;
pon otro que termine en ado o ada,

o que rime con diente o con cajón.
Así que la labor está acabada;
y aquí está su final o colofón.



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