jueves, 16 de junio de 2011

La Virgen del Rocío, accidentada (Soneto 422)



Respeto las más raras devociones,
pues el hombre, aterrado ante el misterio,
se siente como en negro cautiverio,
y anhela superar sus frustaciones.

Y a través de profundas emociones,
que empiezan en el sacro baptisterio
y acaban en el hondo cementerio,
se aferra a confortantes religiones.

Pero tiene un confín mi tolerancia,
y aunque ello no rebaja mi respeto,
me troncho con tamaña extravagancia.

Que la Virgen se ha visto en gran aprieto,
sometida a siniestro de importancia
por culpa de ese baile tan cateto.




 

2 comentarios:

  1. Nunca he comprendido esas manifestaciones marianas como el caso de la Virgen del Roció y algunas mas que se dan aqui y en otros lugares. No comprendo todo ese folclore y parafernalia que se monta y como la justifican los mal llamados devotos.
    Un abrazo.

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  2. No me he enterado del percance de la Virgen, más que nada porque no le presto atención.
    Pero ya les vale a los "forofos", porque no puedo verlos de otra forma.
    Lo del salto de la reja, sacarla en volandas, pasearla y toda esa parafernalia, me da un poco de grima.
    Cualquier cosa puede ocurrir cuando la gente pierde el norte, y ahí creo que lo llevan muy perdido.
    En fin, lo arreglarán y al año que viene, pues que tengan más cuidado, si es que les importa algo.
    Yo, después de leerte, te aseguro que seguiré durmiendo tan tranquila, y que la virgen me perdone.

    Un abrazo

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