lunes, 4 de abril de 2011

Tarde de domingo (Soneto 349)

 
Si no sabes con quién es tu cabreo,
estás sin afeitarte, desidioso,
y el pecho se te oprime, receloso...
es tarde de domingo, ya lo creo.

Si apartas la oficina y su ajetreo,
en el alma cobijas negro poso,
y el cosmos se te esboza algo borroso...
el lunes te acongoja, ya lo veo.

Y si el tiempo dio lluvia todo el finde,
y has estado enclaustrado cual cartujo,
cualquier revés te causará un respingo.

Que el tedio al más preclaro tipo rinde,
y no hay cosa de más perverso influjo
que una tarde aburrida de domingo.




5 comentarios:

  1. Es duro el regreso el lunes al trabajo, pero recuerdo que mas duro era la congoja de la tarde del domingo, pensando en el lunes.
    Un abrazo.

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  2. Dices verdades como templos...los domingos son odiosos y si encima amenaza lluvia, pues para qué te cuento.

    Bonito y original

    Un abrazo

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  3. Lo de plácido domingo, es sólo por la mañana cuando no hay que ir acelerada. Por la tarde, ya el parón te prepara para poner cara de lunes.

    Un abrazo.

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  4. Sabes? yo no sé escribir sonetos, lo mío es escribir sin reglas, ni razones y dejarme llevar.
    Escribo ahora, escuchando Nessum Dorma y te diré, que mi piel se sigue estremeciendo, mientras la voz sigue a los violines.
    Al fondo escucho el coro, voces limpias y unidas, in crescendo y leo tu soneto, negando al lunes que está por llegar con su rutina.
    Un placer inusitado leerte. Gracias.

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  5. Muchas gracias, Inés, y bienvenida.

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