Si no sabes con quién es tu cabreo,
estás sin afeitarte, desidioso,
y el pecho se te oprime, receloso...
es tarde de domingo, ya lo creo.
Si apartas la oficina y su ajetreo,
en el alma cobijas negro poso,
y el cosmos se te esboza algo borroso...
el lunes te acongoja, ya lo veo.
Y si el tiempo dio lluvia todo el finde,
y has estado enclaustrado cual cartujo,
cualquier revés te causará un respingo.
Que el tedio al más preclaro tipo rinde,
y no hay cosa de más perverso influjo
que una tarde aburrida de domingo.
Es duro el regreso el lunes al trabajo, pero recuerdo que mas duro era la congoja de la tarde del domingo, pensando en el lunes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Dices verdades como templos...los domingos son odiosos y si encima amenaza lluvia, pues para qué te cuento.
ResponderEliminarBonito y original
Un abrazo
Lo de plácido domingo, es sólo por la mañana cuando no hay que ir acelerada. Por la tarde, ya el parón te prepara para poner cara de lunes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sabes? yo no sé escribir sonetos, lo mío es escribir sin reglas, ni razones y dejarme llevar.
ResponderEliminarEscribo ahora, escuchando Nessum Dorma y te diré, que mi piel se sigue estremeciendo, mientras la voz sigue a los violines.
Al fondo escucho el coro, voces limpias y unidas, in crescendo y leo tu soneto, negando al lunes que está por llegar con su rutina.
Un placer inusitado leerte. Gracias.
Muchas gracias, Inés, y bienvenida.
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