El lazo corredizo que se ata
al cuello en la temprana amanecida,
no es nudo con propósito suicida
ni variante de práctica insensata,
sino prenda que atilda y que remata,
y lleva mucho tiempo ennoblecida
por más que sea negada y maldecida:
se trata, claro está, de la corbata.
Habitante de nuestra propia casa,
a veces se destierra por un día
por motivo que tiene mucha guasa:
que por arte de alguna brujería
tontamente le cae mancha de grasa,
y acaba en la eficaz tintorería.
Es una prenda muy incomoda para mi, me la pongo en bodas y actos parecidos, pero la verdad es que poco dura en el cuello y acaba pronto en el bolsillo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Supongo que es una prenda incómoda porque así lo cuenta quien la usa, también destacar que el nudo es complicado, al menos para algunos.
ResponderEliminarY como colofón final diré que, a veces, dan ganas de apretar ese nudo a más de uno, jajajaj.
Un abrazo
El tipo de sonetos que yo admiro,
ResponderEliminarque lo minúsculo hacen importante...