domingo, 1 de mayo de 2011

Día del trabajo (Soneto 376)


Un número redondo puede ser
lo mismo una efeméride gloriosa,
que cifra de un funesto acontecer,
o de una coyuntura desastrosa.

En este caso se nos da un guarismo
que nos tiene aturdidos y abogiados,
pues vamos a llegar casi ya mismo
a los cinco millones de parados.


El gobierno promete más faena,
la oposición entona sus canticios,
los sindicatos dan bastante pena,
y los bancos repiten beneficios.

¿No te invita la fiesta del trabajo
a mandarlos a todos al carajo?




3 comentarios:

  1. Mucha razón tienes de mandarlos a todos al carajo.
    Yo solo se que,cada vez mas paro, menos trabajo y de peor calidad, mas precariedad, recorte de los logros de trabajadores conseguidos después de muchos años de lucha, cada vez mas pobres y los ricos mas ricos, esto ultimo debe de ser eso del liberalismo económico que tanto hablan algunos. De pena y lastima la situación.
    Un abrazo.

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  2. Pero si ya los hemos mandado hace tiempo, pero se hacen los sordos por la cuenta que les trae.
    Y lo peor es que hay mucho sordo, y no todos son empresarios.
    Los derechos de los trabajadores se ganaron con mucho esfuerzo, sufrimiento, cárcel y sobre todo camaradería. De eso ya no queda nada. O si queda no se ve. No se echa una mano a nadie y se pierden derechos adquiridos por dos reales y medio.
    Por ser el día del trabajo, me he dedicado a nadear, quizá por ser el día de la madre también. Prefiero apuntarme a esto aunque sea un invento del cortinglés.

    Un abrazo

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  3. Pues sí, la verdad que dan ganas de mandarlo lejos, pero muy lejos. Lo malo es que vuelven con otros atuendos y con máscaras en la cara. Sean unos u otros todos son iguales.

    Un bonito soneto

    Un abrazo

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