lunes, 20 de junio de 2011

Vituperio del ventilador (Soneto 426)



Y tú, ventilador, trasto suplente
del aire que otra vez va escacharrado,
¿no te apiadas de verme tan sudado,
bufante, exasperado y decadente?

¿De qué sirve que gires permanente
si el soplo que propagas es viciado?
¿Para eso tu sonido acelerado?
¿No ves que todo sigue tan caliente?

... Perdona que lo pague hoy contigo;
ya sé que eres barato y trasladable,
y que engendras del aire ventolera.

Pero es que refrescarme no consigo,
y el bochorno es tan incalificable,
que el rebote lo pago con cualquiera.




2 comentarios:

  1. Pobre cacharro. Cuando da el sofocón fuerte, es un alivio instantáneo. Pero tu pretendes que el haga el milagro que la madre naturaleza nos niega. Refrescar el aire caliente. Pues no, a tanto no llega. Y no tiene la belleza del abanico, pero nos permite tener las manos libres. Anda mírale con mejores ojitos, que el es bueno. Y si no, prueba a quitarle de enmedio y a ver cómo te apañas.

    Un abrazo

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  2. Es que cuando uno no esta a gusto, sudoroso y escocido, todo molesta y nada esta bien. Ni el ventilador funciona, ni uno encuentra acomodo.

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