Un golondro me ocupa la molondra:
embaular un platel de gurumelos
y embuciarme un guisado de frisuelos
gozante de la coda de una alondra.
Lo primevo un tanto me atolondra,
pues la jaras zaboyan macarelos
que blanden tajadores escarpelos,
y abarrajan tu niquitosa ondra.
Conrearé los frisuelos solamente,
maguer rece de mandria o cagandando;
mas un vástago de una peliforra
no va a dejar mi salvajina algente.
Soy un quídam jocundo y zarabando
y prefiero librar la calamorra.
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