jueves, 24 de junio de 2010

Le puede ocurrir a cualquiera (Soneto 64)


Vaya tela, compadre, qué contento
te veo, ¿te tocó la lotería
o el cupón, o se debe tu alegría
a las notas que saca ese portento

de tu hijo, pedazo de talento,
el que estaba estudiando ingeniería
de caminos, que en Málaga vivía,
o en Madrid?...No te veo muy atento...

Además que te encuentro un tanto raro,
esa cara jamás te había yo visto,
tan perplejo, acaso sorprendido...

Me parece que ya lo tengo claro:
tú no eres mi amigo el Evaristo;
...pues lo siento, señor, me he confundido.

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