Estoy en el servicio de salud
por mor del aparato digestivo,
que me da últimamente algún motivo,
aunque no de excesiva magnitud.
Me recibe con mucha prontitud
la doctora, que no tiene atractivo,
aunque yo lo que quiero es lenitivo
para mi ya cabal decrepitud.
Me ha mandado que tome una pastilla,
delante del almuerzo y de la cena,
para hacer más feliz la digestión.
Y el tratamiento tiene una apostilla
que para mí es igual que una condena:
endoscopia se llama la cuestión.
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