Es muy fácil rimar con maravilla,
un vocablo que indica lo excelente,
una cosa exquisita y no frecuente,
algo así como el gol que marcó Villa.
Honduras parecía una pandilla
de amigos, pero bien nos hizo frente,
y así casi llegó al minuto veinte,
guardando el marcador de carrerilla.
Entonces golpeó Piqué divino
a donde estaba el Guaje desmarcado;
éste regateó con mucho tino,
al que era de su marca el encargado
y a dos más, y con un disparo fino
lo puso por la escuadra colocado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario