con sus normas, adeptos y aparatos,
y los hay moderados y sensatos,
que actúan con decoro y eficacia.
Pero otros se evidencian, por desgracia,
como infames y aleves sindicatos,
que ejercen insidiosos cacicatos
a base de chantaje y de falacia.
Abundan elementos sindicales,
de discursos ardientes y ampulosos,
que repiten arengas doctrinales,
cuando son en la práctica tramposos,
que están por sus provechos personales,
y no pasan de ser viles mafiosos.
que actúan con decoro y eficacia.
Pero otros se evidencian, por desgracia,
como infames y aleves sindicatos,
que ejercen insidiosos cacicatos
a base de chantaje y de falacia.
Abundan elementos sindicales,
de discursos ardientes y ampulosos,
que repiten arengas doctrinales,
cuando son en la práctica tramposos,
que están por sus provechos personales,
y no pasan de ser viles mafiosos.
Mi pelea siempre es con algún sindicalista "liberado".
ResponderEliminarNo sé si es mi karma, o simplemente mala pata, porque tengo como un imán para atraerlos.
La labor de los sindicatos actuales, me parece que deja bastante que desear.
Y desde luego, se venden bastante baratito.
Será por la crisis.
No creo en los sindicalistas, pero si en tus sonetos.
ResponderEliminarUn abrazo
Ole el nervioy la casta del sonetero
ResponderEliminarPrecioso soneto y acertado su comentario.
ResponderEliminarLos sindicatos , con todos sus muchos defectos humanos y doctrinales, son lo único que el trabajador tiene para defender sus intereses, si sabéis de otro decírmelo que lo necesito.
Un abrazo.
Actualmente los sindicatos en España tienen más defectos que virtudes.
ResponderEliminarSaludos!!