De todos los festejos mercantiles
que propugnan los vivos comerciantes,
a costa de costumbres borreguiles,
para hacer sus negocios más boyantes,
el que más relamido me parece
es el día de los enamorados,
que por ser tan repipi se merece
contar entre los usos olvidados.
Yo sé que mi postura es extremista
y que poco debiérame importar
que la gente se muestre detallista;
pero es que no lo puedo soportar.
Así que me perdonen los lectores
si son del cursi santo seguidores.
Yo soy del santo cursi seguidor no por convencimiento si no por ser amante de la buenas relación con la parienta que de esto si es forofa y ultra.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ni se me ocurre. No quiero hacer regalos ni que me los hagan con este motivo.
ResponderEliminarA mí me gusta el amor todo el año. Otra cosa es que lo pueda tener. Pero celebrarlo un día, me parece una cabronada, y más llenando las arcas de los centros comerciales.
Amén a tu soneto.