martes, 1 de febrero de 2011

Malabaristas callejeros (Soneto 286)


No salen a su encuentro los zagales
a la puerta de un pueblo adormecido,
porque son prisioneros del olvido
estos malabaristas marginales.

Barajan sus tragedias personales
tratando de cobrar por lo manido
un sueldo de miseria consumido
ya por culpa de lacras criminales.

Solitarios bufones de una corte
donde reinan la prisa y el desdén,
el recelo, el agobio y la codicia,

 perdieron por el sur su viento norte,
y aguantan con lo poco que les den
los que hacen excepción a la avaricia.




1 comentario:

  1. Si que es verdad que ya los zagales no salen corriendo a verlos, como hacíamos nosotros no hace mucho tiempo.
    Los tiempos cambian y las profesiones también, aunque lamentemos la perdida de algunas.
    Un abrazo.

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