lunes, 21 de febrero de 2011

Gadafi (Soneto 307)


En función de su influjo petrolero
fue acogido, halagado y festejado,
a pesar de su pérfido pasado,
por Juan Carlos, Aznar y Zapatero.

Sabedores de que es un pendenciero,
terrorista, fanático y malvado,
estuvimos mirando hacia otro lado,
haciendo su poder más duradero.

El pueblo, a su atadura sometido,
despierta de su larga noche oscura,
y exige su poder reconocido.

El sátrapa, cegado en su locura,
descarga su desprecio corrompido
esparciendo la muerte y la amargura.

En esta coyuntura,
¿seguirá nuestro viejo continente
mostrando su semblante indiferente?

3 comentarios:

  1. La política, a la que algunos llaman arte, es hoy en día una de las actividades mas bajas que existe, donde se cumple lo de tanto tienes tanto vales.
    Espero que pronto podamos decir este y otros ya son menos, ya no están donde nunca debieron estar.
    Un abrazo.

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  2. Lo que a mí me deja siempre sin palabras, es cómo se puede criar algo así.
    De dónde salen estos tipos tas espeluznantes.
    Y qué tragaderas tienen los que les bailan el agua.
    Al final, siempre, el tiempo pone las cosas en su sitio, pero entretanto, cuánta calamidad.

    Otra vez, tu soneto, completamente al día.
    Tu inspiración me parece envidiable, y no creo en la envidia sana.

    Un abrazo.

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  3. Guau!!

    Directo al grano!

    Besos!

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