viernes, 12 de agosto de 2011

La guitarra de Moraíto (Soneto 479)


La sonanta presume de silueta,
vuela al cielo pletórico un punteo,
crece sugeridora la falseta
y se embriaga la mano en el rasgueo.

Suena pura, fragante, cristalina:
el bordón rumorea lastimero,
canta el arpegio un aire que ilumina
y tiembla desde el puente al clavijero.

Llenó los aires de color y hondura;
de gracejo, destreza y apostura
en el patio, la peña o el tablao.

Y esa guitarra, huérfana temprana,
se pregunta, llorosa y jerezana,
dónde se fue su dueño, el buen Morao.

 

3 comentarios:

  1. Hay algunas personas que por su buen hacer y su maestría dejan en los aficionados una profunda huella difícil de olvidar.
    Permanecerán por siempre en la historia de este arte.
    Un abrazo.

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  2. Todos los días sonetos...Admirable.

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  3. un arpegio florece con salero;

    Esta descripción, me lleva a imaginar las notas musicales saliendo de la guitarra, gracias a este maravilloso artista. Por eso "la guitarra se queda huérfana"

    Tu imaginación es portentosa.
    Por eso me gusta lo que haces. Gracias.

    Un abrazo

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