Por la tarde nos vamos de paseo
por senderos de adelfas y lavanda,
formando alegre y afanada panda
que practica prudente pedaleo.
Concentrado y atento a cuanto veo,
aspiro el aire que aromoso manda
efluvios dulces a mi ilustre banda,
encendiéndome el duende y el deseo.
El peral, el olivo, la chumbera,
la buganvilla, el algodón, la higuera,
proclaman orgullosos sus verdores.
El lentisco, el romero, los pinares
y el jazmín nos despojan de pesares,
con sus limpios y cálidos olores.
Hermoso soneto, describes esos paseos que das en bicicleta, disfrutando de la naturaleza a la vez que se hace ejercicio y se relaja uno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Puedo imaginar todas esas plantas, colores y olores que describes.
ResponderEliminarAl final, como siempre, lo mejor de la vida es gratis, como esos paseos en bici, que sólo cuestan el esfuerzo más que compensado de dar pedales.
Venga, ánimo y fuerza para la cuesta arriba.
Un abrazo