martes, 21 de diciembre de 2010

Una tarde tonta (Soneto 244)


¿Qué se puede escribir después de estar
media tarde varado en Hipercor,
buscando qué regalo es el mejor
y más beneficioso al abonar?

¿Qué me puede infundir el constatar
que persiste en la espalda mi dolor,
hasta el punto que pienso en el doctor,
pues así no se puede trabajar?

¿Qué me puede animar si el parte veo,
y el mapa está de nubes bien repleto,
con lo cual no apetece el callejeo?

¿De qué puede quejarse este sujeto,
si resulta que tras de este choteo
se encuentra que el soneto está completo?

(Ver soneto 230)

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