¡Cuántos años viviendo Nochevieja
suma ya mi decrépita osamenta!
Cada cual especial y dispareja:
la hubo triste, discreta y opulenta.
En mi casa, con todo mi linaje;
en la calle, con pito y matasuegra,
apurando hasta el último brebaje,
o de guardia en cuartel en noche negra.
Pero siempre, después de las campanas,
me han besado unos labios amorosos,
y he sentido, calientes y cercanas,
las almas de mis seres más dichosos.
Y esta noche, siguiendo la rutina,
habrá risas, dolor y golosina.
Espero y deseo que el 2011 sea el año más feliz de tu vida en compañía de tus seres queridos.
ResponderEliminarEspero que este año también te besen unos labios amorosos.
Un abrazo.
Pues a ver si sigues la tradición por muchísimos años más.
ResponderEliminarHas descrito muy bien, con poquitas letras la historia de muchos de nosotros.
Feliz noche.
Un abrazo