jueves, 13 de mayo de 2010

Recuerdos de la infancia; ensoñación (Soneto 22)


Rebozado con blanca arena fina,
en una playa próvida de vistas,
con cangrejos que hacían de coristas
a una reina vestida de coquina.

El vapor me asustó con su bocina,
la medusa se fue con los turistas,
y un inglés que traía tomavistas
se zampó un gran melón y una sardina.

Una ola más enorme que un gigante
quiso ser la madrina de los pinos
y con algas se fabricó un turbante.

Por la tarde llegaron otorrinos;
a los niños nos dieron un purgante
y se hundieron cuarenta submarinos.

Berrinches repentinos:
quise yo recortar el horizonte
y mi primo pescó un rinoceronte.


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