Vaya letra preclara esta vocal,
la primera de todo el alfabeto,
con cúspide que quiere ser abeto
y dos patas abiertas en canal.
Para el género es fenomenal,
pues indica que algo muy concreto,
sea nombre, sustantivo o bien sujeto,
es femenino no por un casual.
Me admira su simétrica apariencia,
me aturde su presencia persistente,
me deslumbra su útil evidencia.
La A es una letra consistente,
rezuma como cierta impertinencia,
y está en nuestras vidas diariamente.
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