martes, 19 de abril de 2011

Mi Cristo (Soneto 364)


Si no resucitaste, Nazareno,
no fue vana tu muerte injusta y cruenta,
pues quedó tu palabra turbulenta
como freno a lo pérfido y obsceno.

Si quedaron tus huesos, Jesús bueno,
no es desdoro, demérito ni afrenta,
que ser Dios o no serlo poco cuenta
si el mundo de tu verbo quedó lleno.

Si te visten de gala, Galileo,
y te llevan en fausto bamboleo
sobre un trono labrado por orfebre,

yo no quiero olvidar que fue tu vida 
humilde, compasiva y atrevida,
nacida entre las pajas de un pesebre.

(Ver soneto 362)




4 comentarios:

  1. Que naciste, predicaste y ejemplo diste con tu vida y tu verbo esta demostrado.
    Con tu muerte refrendaste lo por ti dicho y, con tu resurrección todo quedo probado y asegurado.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Jhon..me has emocionado con tus bellas y significativas letras..
    Dios es amor..si lo llevas en el corazòn...para que màs.
    Gracias!!
    Un abrazo colombiano

    ResponderEliminar
  3. Jesús el Galileo. Ojalá hubiera más de uno. Me postro ante el. ¿Ves en eso sí creo?
    Y tu soneto, inmejorable.
    Gracias.

    Un beso

    ResponderEliminar
  4. Una cosa, sé que voy con retraso. Ando liadilla. Y si me voy a mi pueblo, quizá no pueda seguirte en unos días. Pero me pondré al corriente a la vuelta. Ya sabes, es un compromiso, sin compromiso, sincero.

    Abrazos

    ResponderEliminar