domingo, 3 de abril de 2011

Revive el limonero (Soneto 348)


Triunfador de la escarcha y de los vientos,
el cítrico achacoso ha renacido,
y aparece lozano y redimido
de microlepidópteros hambrientos.

Sigue siendo la cruz de mis lamentos,
con su solo limón desguarnecido,
que aunque luce amarillo y bien crecido,
lo tengo reservado de los tientos.

Capullos sonrosados, reventones,
han gestado la flor blanca y fragante
que quiere descubrirse en su sazón.

Y se abren otra vez las ilusiones
de que el árbol tardón, verde y brillante,
por fin nos proporcione un alegrón.

(Ver soneto 253)




2 comentarios:

  1. Los limoneros son agradecido y si consiguen vencer las heladas son generosos y expendidos con sus jugosos frutos ofreciendo.
    Un abrazo.

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  2. Precioso soneto a un árbol tan importante.
    En mi casa disfrutábamos del limonero de la vecina que se colaba en nuestro corral. Con su permiso, cogíamos los limones directamente, y eso tan agrio mantenía dulce la relación de buena vecindad.

    Me sigues sorprendiendo cada día y ya vamos a por el 400.

    Un abrazo

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