Resulta que mi niña se ofreció
a sacar y mezclar los ingredientes,
que al lado del limón son componentes
de la preciada masa que amasó.
El horno en alto grado se encendió
y acogió en sus entrañas contundentes
los moldes que con manos eficientes
la niña en la cocina preparó.
Y al fin no fue bizcocho el resultado,
sino algo parecido y entrañable
que se pone en coqueta canastilla:
¡Magdalenas! Muy bien, lo has acertado.
¿Habrá merienda más recomendable
que la que hace mi linda zagalilla?
Por supuesto, si lo ha hecho la linda zagala eso es lo mas rico y hermoso que se podía hacer.
ResponderEliminarTodos a la mesa a degustar y hacerle un gran homenaje a las magdalena de la zagala. Buen apetito.
Un abrazo.
Merienda?, y desayuno, y postre en la cena, y resopón. ¿habrá para tanto?, mira que soy muy golosa.
ResponderEliminarY si lo hace la niña, pues ya para derretirse.
Una pinta deliciosa. Lástima que sólo pueda ver la foto, claro que lástima para mí y suerte para vosotros.
Un beso