Mi cielo es de azulejo y de calina,
de nube de algodón deshilachado,
de gaviota de vuelo acompasado,
de tórtola, azulón y golondrina.
Mi suelo calza yerba verde y fina,
Mi suelo calza yerba verde y fina,
camino de hondo polvo apelmazado,
caliente arena de sabor salado,
canal que baja en oración cansina.
El aire que me lleva es de romero,
El aire que me lleva es de romero,
de jazmín y de dama regalada,
de lavanda y aroma marinero.
La música que pienso es susurrada,
se mece entre la brisa y el bolero,
y me suena fugaz en la alborada.
se mece entre la brisa y el bolero,
y me suena fugaz en la alborada.
Veo que eres muy afortunado, no todo el mundo puede disfrutar de tan lindo cielo y suelo, como de ese aromático aire a romero y jazmín, todo un privilegio.
ResponderEliminarLa música al gusto.
Un abrazo.
Las comparaciones que haces, las palabras que utilizas, por un momento, en este soneto me han recordado a Lorca.
ResponderEliminarEra muy dado a describir lo que le rodeaba así, como has hecho tu.
Y me gusta, vaya que sí.
Un beso.