jueves, 11 de agosto de 2011

Adiós, Moraíto Chico (Soneto 478)



Hoy me siento flamenco entristecido,
al saber que seis cuerdas han callado,
diez dedos sobre un pecho se han cruzado,
el brillo de dos ojos se ha perdido.

Porque el gitano bueno se ha vencido
al tumor que le tuvo encarnizado:
¡Cuánta gente de bien ha desgraciado
ese asesino cruel y empedernido!

¿Cómo puede morir tanta cadencia?
¿Cómo pueden quedar inertes, frías,
las manos que supieron de la esencia
del toque y el compás por bulerías?

¡Cuánto llora Santiago por tu ausencia;
cómo quedan sus calles de sombrías!




2 comentarios:

  1. Precioso soneto homenaje a un maestro de la guitarra flamenca, que nos ha dejado prematuramente por culpa de un cáncer asesino.
    Un abrazo.

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  2. Soneto con sensibilidad extraordinaria. La música impresionante. Y el puto cáncer otra vez llevándose a alguien y dejando vacío un sitio que nadie podrá ocupar.

    Silencio. Suena una guitarra.

    Un abrazo

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