a poner pesadumbre en la memoria,
y vuelve la versión conspiratoria
a sumar más pesar al soportado.
Ellos saben muy bien que el atentado
presenta una autoría bien notoria,
pero quieren que conste la otra historia,
por más que ya el estrago fue juzgado.
Desistan de inventar turbias conjuras,
acaten las sentencias judiciales,
no intenten propalar más chaladuras.
Que vascos no eran esos criminales,
sino ardientes versados en las suras
con cálidos ensueños celestiales.
Pues cuando se vive como lo vivimos los de por aquí, te aseguro que me importa más bien poco quién lo hizo.
ResponderEliminarNunca lo pagarán suficientemente. No hay perdón para algo así.
Y sobre todo, si, como es mi caso, conoces a alguien que iba en ese tren y tienes que verle cada día.
Las muertes y las secuelas físicas son las que son y no tienen remedio, pero las otras, las que quedan en el coco y no se pasan, esas cambian la vida de una forma terrible.
No me pasó a mí, pero da igual, nunca les perdonaré, y no me importa si están en la calle, en la trena, o volatilizados. Tampoco me importa su nacionalidad. Tengo claro que eran mala gente, en sentido literal.
Opino lo mismo que mi amiga Parker...da igual quien lo hizo, pero el acto fue de muy mala gente, sin escrúpulos, sin humanidad, sin corazón...
ResponderEliminarUn abrazo
Fue el acto mas terrible que hemos padecido, no tiene justificación ni nadie bien nacido puede entender un acto de terrorismo.
ResponderEliminarQue no tengamos que pasar por otro trance igual y que no lo utilicen políticamente.
Un abrazo.