El pesebre, el esqueje, el referente,
el deje, el neceser, el requeté,
dependen de este ente preferente
que es la célebre y leve letra E.
Se crece en tres esquejes hacia el este
que penden de esa especie de eje breve.
Es peine que entremete al arcipreste,
y es épsilon endeble que se embebe.
Con la E el petimetre se estremece,
ese nene entre peces se entretiene,
el ser que crece a veces se enternece,
y el perenne gerente se previene.
Que la E tiene que verse, es menester,
en el debe, en el tres y en el beber.
(Ver soneto 142)
Es importante la letra E, como las demás vocales, que haríamos sin ella no entenderíamos nada.
ResponderEliminarUn abrazo.
GENIAL
ResponderEliminarEs complicadísimo escribir sólo utilizando una letra, o a falta de ella.
Este soneto no creo que te haya resultado fácil.
Pero te ha quedado de lujo.
Me quedo con las cinco vocales, es mucho más fácil, tu sigue rompiendote la mollera y deleitándonos la tarde.
Un abrazo.
Es que la E da para mucho aunque nunca hubiera podido componer de la manera tan maravillosa como lo has hecho.
ResponderEliminarTe doy la enhorabuena John y a ver si me pasas un poco de ingenio que a ti te sobra por lo que veo.
Un abrazo