martes, 1 de marzo de 2011

Amparo Muñoz. Adiós, pobre bella (Soneto 315)


Cuántas mujeres, malograda Amparo,
con tus ojos se hubieran conformado;
esos ojos que el hado te ha cerrado
en su postrera muestra de descaro.

Cuántas otras habrían pagado caro
por poseer tu boca de pecado:
esos labios que todo lo han probado
con engaño, con pena y sin reparo.

Pobre bella, montada en un velero
que surcaba unos mares cenagosos
contra un viento incesante y traicionero.

Esos mares de sones deliciosos,
que engañan al ingenuo marinero
para hundirlo en sus fondos pavorosos.

(Ver soneto 296)
(Ver soneto 16)



 

5 comentarios:

  1. Guapísima y desafortunada. Ojalá encuentre la felicidad al otro lado (si es que lo hay)

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  2. Vivir en la fachada, para los demás, olvidándose de una misma.
    Seguro que ahora es mas feliz.

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  3. Anónimo19:05

    john, la belleza es una diosa que presiona el alma de quien la porta y descentra a quien la contempla o la espera para sí. Sigo leyendo por la red testimonios de cariños e intensa tristeza por aquella quien fue una diosa valiente y frágil a la vez. Quiera su familia,osea, su alma viva, ser depositaria de tan buenos reconcimientos.Se lo merece.

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  4. Anónimo0:23

    er extremadamente bella

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