Olivas aliñadas, queso viejo,
oloroso, cerveza, tinto o fino,
pusieron el gaznate en el camino
de meter lo que vino en el pellejo.
Que fueron alcachofas excelentes,
boquerones rellenos de jamón,
y antes de que llegara el colofón,
pimientos del piquillo sorprendentes.
El plato fuerte fueron unas fabes
que entraron barajadas en la panza
que entraron barajadas en la panza
con setas y sabrosas codornices.
Y en el postre de dulces fueron claves
No me estraña que acabarais muy felices después de esa opipera comida, quien no.
ResponderEliminarEnvidia me dais.
Estoy de vacaciones por Alicante y luego a las Fallas en Valencia, de todas formas intentare hacerte los comentarios y no perderme ninguno de tus sonetos, aunque sea con algo de retraso.
Un abrazo.
Pues sí, no hay nada mejor que una comida entre amigos...charlas, risas y hasta arrina de comer.
ResponderEliminarAdmiro que de cualquier cosa haces un bello soneto.
Un abrazo
He cenado hace un rato. Menos mal, porque si no, creo que hubiera vuelto a la cocina, y me hubiera comido a Dios por los pies.
ResponderEliminarVaya fiestón que os montasteis, como para no acabar felices.
Ese es uno de los placeres de la vida, y como tal hay que disfrutarlo.
Un abrazo.