domingo, 5 de diciembre de 2010

La huelga salvaje (Soneto 228)


Antonio y Pepa fueron a Madrid,
para salir de puente a tierra extraña,
y al final se quedaron en España
por culpa del perverso y vil ardid,

que en su lucha han usado en mala lid,
esos controladores que dan caña
eligiendo el momento que más daña:
ahí de la cuestión se encuentra el quid.

El asunto es también de muy mal fario,
y nadie les dará satisfacción
por haber soportado este calvario.

Aunque el martes tendremos la ocasión,
según marca oportuno el calendario,
de que olviden del todo el sofocón.

Aquí la explicación:
en la víspera de la Inmaculada
tenemos la zambomba programada.


2 comentarios:

  1. Anónimo11:29

    El que decidió, después de meses y meses de negociaciones con un colectivo tan prepotente, sorprender con un órdago la víspera de un puente masivo, se lució.

    Gobernar es, también, ser prudente.

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  2. Pienso igual como tu amigo "anónimo"...a quién se le ocurre dar esas misivas justo el mismo día que comienza un puente masivo?
    Hecha la pregunta y casi contestada.

    Un saludo

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