jueves, 16 de diciembre de 2010

Spam amistoso (Soneto 239)


El lazo libanés en los cajeros,
el virus que se carga la memoria,
el asalto con nula escapatoria,
el riñón que te quitan los rateros,

son avisos, sombríos y agoreros,
que nos mandan de forma intimatoria
aquellos que se tragan toda historia
que les llega del modo más ligero.

Contumazmente tres amigos míos
me advierten a través de mi correo
de los más pavorosos desvaríos.

Debieran ya saber que no les creo
y evitarme sus lúgubres envíos,
pues los mando ya siempre de paseo.


3 comentarios:

  1. Ufff esos correos son la leche...siempre advirtiendo de algo o a lo peor mandar una cadena de ellos porque de lo contrario te saldrá todo mal. Tú ni caso.

    Un abrazo

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  2. Por suerte no ocurren todas esas cosas que nos cuentan, o al menos, no todas juntas.

    Sigo sorprendida y encantada leyéndote cada día.

    Saludos.

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  3. jesús21:20

    pavorosos desvaríos: qué bueno. Son virus aviesos, basura

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