El pesebre, el esqueje, el referente,
el deje, el neceser, el requeté,
dependen de este ente preferente
que es la célebre y leve letra E.
Se crece en tres esquejes hacia el este
que penden de esa especie de eje breve.
Es peine que entremete al arcipreste,
y es épsilon endeble que se embebe.
Con la E el petimetre se estremece,
ese nene entre peces se entretiene,
el ser que crece a veces se enternece,
y el perenne gerente se previene.
Que la E tiene que verse, es menester,
en el debe, en el tres y en el beber.
(Ver soneto 142)