martes, 18 de mayo de 2010

Mi peluquero (Soneto 27)


Cuatro lustros me lleva ya pelando
el bueno de Joaquín el peluquero;
no me poda en la forma que yo quiero,
pero dejo que goce recortando.

Cierto que mal peinado siempre ando,
no por culpa del fígaro motero,
sino de mi pelamen pendenciero
que nunca se somete a ningún mando.

¿Qué verá este barbero competente
a través de mi cuero cabelludo
cuando blande en el aire su tijera?

¿Puede ser que conozca bien mi mente,
y que sepa que soy un ser tozudo,
porque alcance a leer en mi mollera?

1 comentario:

  1. Hola.
    Este soneto está recibiendo últimamente una gran cantidad de visitas, cuando antes estuvo estancado en un número bajo durante muchos meses. Me gustaría saber, por curiosidad, cuál es el origen de esas visitas tan numerosas, aunque no se identifiquen.
    Muchas gracias.

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